►
«Necesito compañeros vivos, que me sigan, porque se sigan a sí mismos, y vayan
adonde yo vaya».
►
«¡Ojalá tu virtud sea tan alta que no consienta la familiaridad de los nombres!
Si tienes que hablar sobre ella, no te avergüence tartamudear».
►
«Soy un pretil a orillas del río: quien quiera agarrarse, que me agarre. Mas
jamás seré vuestra muleta».
►
«Entre todo cuanto se escribe, yo amo solo aquello
que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre, y comprenderás
que la sangre es espíritu».
►
«El que todo el mundo tenga derecho a aprender a leer corrompe a la larga no
solo el escribir, sino hasta el mismo pensar».
►
«El pueblo comprende poco lo que es grande, esto es, lo creador. Posee, en
cambio, gran olfato para todos los actores y comediantes que simulan cosas
grandes».
►
«—¿Os exhorto acaso a que matéis vuestros sentidos? Lo que aconsejo es la
inocencia de esos sentidos.
¿Os exhorto acaso a la castidad? La castidad es en algunos
casos virtud, pero en muchos es casi un vicio».
►
«¿Eres para tu amigo aire puro y soledad, y pan y medicina? Más de uno no logra
romper sus propias cadenas, y, no obstante, es un redentor para el amigo».
►
«—Vosotros os apretujáis alrededor del prójimo, y tenéis bellas palabras para
expresar vuestro apretujaros. Mas yo os digo: vuestro amor al prójimo es
vuestro mal amor hacia vosotros mismos.
Os refugiáis en el prójimo al huir de vosotros
mismos, y quisierais hacer de tal huida una virtud: mas yo veo a través de ese
“altruismo” vuestro.
El tú es más antiguo que el yo: el tú ha sido
santificado, pero el yo todavía no: de ahí que el hombre corra hacia el
prójimo.
¿Os aconsejo yo el amor al prójimo? ¡Mejor os
aconsejaré que huyáis del prójimo y améis al más lejano!».
►
«Es más noble quitarse a sí mismo la razón
que mantenerla, sobre todo cuando se tiene razón. Mas para eso hay que ser muy
rico».
►
«Médico, cúrate a ti mismo y curarás así a tu enfermo. Sea tu mejor ayuda que
él, con sus propios ojos, vea a quien se sana a sí mismo».
►
«…Esto es, en efecto, lo más difícil: cerrar por amor la mano antes abierta, y
conservar el pudor al hacer regalos».
►
«En verdad, ya hice algo a favor de los que sufren. Más siempre se me antojó
que obraba mejor cuando aprendía a regocijarme mejor.
Demasiado poco se ha regocijado el hombre, desde
que existen hombres. ¡Amigos míos, ese es nuestro único pecado original!
Y aprendiendo a alegrarnos mejor, es como mejor
nos olvidamos de perjudicar a los demás y de inventarnos daños».
►
«¡Oh, fuente del placer, brotas casi con excesiva energía para mí! A menudo has
vaciado la copa al querer llenarla.
Tendré que aprender a acercarme a ti con mayor
modestia. Mi corazón tiende aún a tu encuentro con excesiva violencia.
Mi corazón, sobre el que arde mi verano, breve,
ardiente, melancólico y venturoso. ¡Cómo ansía tu frescura mi corazón
estival!».
►
«No quiero ser mezclado ni confundido con
esos predicadores de la igualdad. Pues la justicia me dice: “los hombres no son iguales”».
►
«¡Ay, para que yo aprendiera a creer en vuestra veracidad tendríais antes que
romper en pedazos vuestra voluntad veneradora!
Veraz llamo yo al hombre que se retira al desierto sin
dioses, y ha roto en pedazos su corazón venerador».
►
«En verdad, me he reído mucho del débil,
que se cree bueno porque tiene las garras tullidas».
►
«Mas no encontré lugar en parte alguna: soy
un nómada por todas las ciudades, un adiós frente a todas las puertas».
►
«Quien se cuida con exceso acaba por contraer una enfermedad de cuidado
superfluo. ¡Bienaventurado sea lo que endurece! Yo no alabo el país en el que
abundan la leche y la miel».
►
«Todos hablan de mí cuando por las noches
se reúnen en torno al hogar; todos hablan de mí, pero nadie piensa en mí».
►
«Tal es el estilo de las almas nobles: no quieren tener nada gratis, y, menos
que nada, la vida.
El plebeyo quiere vivir gratuitamente. Por el contrario,
nosotros, a quienes la vida se nos dio a sí misma, pensamos siempre qué es lo mejor que podemos dar a cambio».
No hay comentarios:
Publicar un comentario